19.10.05

Capítulo 2



Era duro ser un escalón. Tener que estar siempre rodeado por tus convecinos sin tener derecho a un momento de privacidad no era fácil. Lo más parecido a tener una vida privada que conocía era cuando se apagaba la luz de la escalera, entonces soñaba con ser una obra de arte y recorrer el mundo de museo en museo, ante la admiración de todos. Sin convecinos, solo el. Podía parecer imposible, pero lo había visto en una revista que se le había caído al estudiante de arte del 3º Derecha. “Escalón hacia el infinito”, así se titulaba la obra de un joven artista húngaro y en ella el único protagonista era un escalón de hormigón embaldosado. Como él. Algún día el estudiante del 3º Derecha se fijaría en él y lo vería como la cosa más bella del mundo mundial, entonces lo arrancaría de la esperpéntica cadena que lo acompañaba y se lo llevaría a él y solo a él de exposición en exposición acaparando las miradas de todos sus visitantes.

Sentía la mirada de reproche que le lanzaba el escalón de arriba. Era un altivo. Siempre lo estaba mirando por encima del hombro. Su silencio y su prepotencia le sacaban de quicio, aunque también era cierto que ningún escalón sabía hablar, pero eso no lo disculpaba, porque su convecino de abajo, el rellano, era mucho más simple y nunca te miraba con prepotencia.

Solo lamentaba una cosa. Si algún día se marchaba de gira por los museos echaría de menos a la vecina del 2º Izquierda, le volvía loco. Solo oírla taconear en la distancia lo excitaba sobremanera, le temblaban las baldosas cada vez que ella se aproximaba.

Un momento. Ahí estaba. Ese taconeo era inconfundible. No estaba sola. Había otra mujer. Percibía dos perfumes distintos. Probablemente era la jovencita del 2º Izquierda. Pero… ¡oh horror! El ascensor había empezado a funcionar. Estaba subiendo. Iba a buscarlas. Sintió como cerraba sus puertas y bajaba abrazado a ellas. Sus sonidos metálicos parecían carcajadas. Se reía de él. Sentía la mirada sarcástica del escalón de arriba. Quería morirse.

Entonces vuelve a sumirse en sus pensamientos y sueña con ser una obra de arte. Algún día…

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